Día a día nuestro organismo produce una cantidad de gases de forma totalmente natural y no patológica, ya que lo generan las microbacterias que tenemos en el intestino.
Podemos, además, tener gases o flatulencias debidas también a la ingestión de aire durante las comidas.
Tanto en un caso como en el otro, habitualmente son indoloros y los toleramos bien. Pero hay momentos en los que pueden ser molestos, provocar eructos, retortijones, hinchazón e incluso generar dolor.
Es más probable que surjan flatulencias si se come deprisa, se habla mientras se mastica, se bebe con pajita o si mascamos mucho chicle, ya que tragamos más cantidad de aire de la que debiéramos.
Las dietas ricas en fibra así como cambios drásticos en la alimentación también pueden ser causantes de que existan más gases en nuestro intestino.
Y….¿Cómo podemos evitarlos y combatirlos?
Para evitarlos hará falta:
– Masticar muchas veces el alimento
– Comer despacio, con calma
– No hablar mientras comemos
– Llevar una dieta equilibrada, sin cambios bruscos
– Seguir una dieta adecuada en fibra
– Realizar ejercicio físico de forma regular
– No abusar de bebidas durante las ingestas principales
– No tomar en exceso verduras o legumbres de por si flatulentas (coles, brócoli, alubias,
garbanzos…) ni bebidas con gas ni alimentos muy grasos (fritos, rebozados…)
– No mascar chicle
– Procurar mantener el estrés a raya
Para combatirlos una vez ya han aparecido:
– Realizar masajes abdominales en el sentido de las agujas del reloj para ayudar a
expulsarlos
– Hacer actividad física para mejorar su eliminación
– Evitar durante unos días vegetales crudos y/o flatulentos (triturarlos a veces puede
ayudar a su asimilación sin generar tantos gases)
– Tomar infusiones o tisanas con propiedades carminativas como el hinojo, anís,
menta….
– Beber tisanas que ayudan a mejorar la digestión, como la menta poleo,
hierbaluisa…por ejemplo después de las comidas principales