NUTRIGENÉTICA: ¿La dieta del futuro?

La ciencia evoluciona día a día de forma exponencial y a un ritmo que a veces nos aturde.

Se producen descubrimientos que pueden hacer que nuestras vidas sean más confortables, fáciles, seguras y , porqué no, más plenas y satisfactorias.

Dentro de este conjunto de hallazgos, y si indagamos concretamente sobre la ciencia de la nutrición, podremos encontrar mucha información nueva por lo que respecta a avances en el mundo de los regimenes y las dietas.

Algo de lo que se habla cada vez más, ya desde hace algunos años, es el tema de los “tests genéticos” (que difiere de lo que serían los tests de intolerancias, algo totalmente distinto).

Dichos tests se realizan a través de una muestra de saliva o sangre generalmente, y contemplan una serie de genes determinados con el fin de poder establecer una dieta personalizada.

Actualmente se pueden encontrar tests por internet a precios muy competitivos….pero….

¿Realmente sirven para algo?

¿Són fiables?

¿Qué se hace exactamente con nuestro ADN?

¿Qué información válida podemos obtener?

Y con dicha información…¿Qué hacemos?

¿Cómo conseguiremos una dieta personalizada a partir de los datos del laboratorio?

Éstas són algunas de las preguntas que nos pueden rondar por la cabeza, o al menos són algunas de las cuestiones que nos deberíamos plantear antes de realizarnos un estudio de este tipo.

Ante todo deberemos hacer una breve introducción para saber de qué hablamos.

En nuestro organismo hay gran cantidad de información genética almacenada en nuestros genes, que a su vez se almacenan en nuestros cromosomas. Tenemos 46 cromosomas formados por nuestro ADN (23 cromosomas del padre y 23 de la madre). Dichos cromosomas se encuentran en el núcleo de las cél·lulas y son los que nos ayudarán a transferir nuestra información genética de generación a generación. De igual manera el ADN que contienen determinará nuestros rasgos y características personales.

Nuestros genes, como sabemos, pueden sufrir cambios y mutaciones que pueden a su vez, provocar o no enfermedades o problemas de salud. A estas variantes de un gen se les llama Polimorfismos (o SNP).

Se ha visto que muchos genes y sus polimorfismos están relacionados directamente con enfermedades y obesidad.

Por ejemplo, los genes FTO y APOA2 (relacionados con el incremento del IMC), el APOE y el MTHFR (ambos asociados a enfermedades cardiovasculares),  la Perilipina (relacionada con la resistencia a la insulina y la diabetes)…entre otros.

En el caso del FTO concretamente, si eres portador de su alelo de riesgo (siendo un “alelo” cada una de las posibles versiones de un mismo gen) tienes más posibilidades de padecer obesidad que si no eres portador del alelo de riesgo ya mencionado.

Otro caso es el de la Perilipina, que es un gen  “ahorrador” que tan sólo provoca la liberación de grasas en caso de hambruna. Se ha visto que, si eres portador de su alelo de riesgo, a mayor ingesta de grasas y menor ingesta de Hidratos de Carbono mayor será la resistencia a la insulina en tu organismo, y en consecuencia aumentarán las posibilidades de padecer diabetes tipo 2. Es por ello que, en estos casos, se deberá llevar a cabo un régimen bajo en grasas y más rico en Hidratos de Carbono.

En el caso de la APOA2, si posees su alelo de riesgo tienes más posibilidades de tener un mayor IMC si se realiza una dieta rica en grasas saturadas. Por otro lado, si no tienes dicho alelo de riesgo, no hay apenas diferencia en los resultados de pérdida de peso tanto si se toman grasas saturadas en la dieta como si no.

Ésta última situación nos lleva a la siguiente conclusión:

Si conseguimos llegar a determinar exactamente QUÉ influencia en nuestra alimentación de forma real, y QUÉ no tiene casi relevancia podremos adaptar y personalizar mucho más la nutrición a la persona. Esto sería un gran avance puesto que no tendriamos que hacer sacrificios “inecesarios” para conseguir nuestros objetivos, y podriamos ser mucho más efectivos con nuestra alimentación.

Por poner un ejemplo claro y visual:

Imaginemos que se descubriera un alelo de un gen que determinara si es relevante o no para una persona en concreto el consumo, por ejemplo, de azúcares refinados (con posibles consecuencias sobre los niveles de glucosa en sangre y la insulinoresistencia celular, que podrian conllevar en un futuro una diabetes tipo 2).

Si un individuo “A” tuviera el alelo de riesgo, le propondríamos una dieta mucho más restrictiva en azúcares refinados. Pero….¿y si un individuo “B” no es portador del alelo de riesgo? Podriamos no exigirle una dieta tan estricta por lo que respecta a los azúcares refinados. Es decir, es probable que el sujeto “B”, sin hacer una dieta tan limitada en azúcares refinados, obtuviera unos buenos resultados similares a los del sujeto “A”, el cual seguiria una dieta baja en ellos.

En otros estudios se ha visto que, frente a una misma dieta “X”, existen diversas reacciones según el genotipo de cada persona:

– Hiporespondedores (tienen más peso y pierden menos de lo esperado)

– Normorespondedores (pierden lo esperado)

– Hiperespondedores (pierden más de lo esperado)

Con toda esta información, podriamos personalizar las dietas no tan sólo a partir de los hábitos e historias clínicas, sinó a partir del genoma y su expresión en relación con la nutrición.

Y es que….¡La finalidad de los dietistas es alcanzar objetivos de salud y bienestar para las personas, y no dificultar el proceso o “torturar” a los pacientes con restricciones nutricionales!

Gracias a estos avances las dietas podrian llegar a ser más fáciles de seguir, y además con mejores resultados.

Cada vez más se van descubriendo interacciones Gen – Dieta, y por ello, a este estudio global y multidisciplinar de la alimentación en relación a los genes se le llama “Genómica Nutricional”.  Es una disciplina que crece y que estudia la relación entre genoma humano – nutrición – salud.

Podemos entonces empezar a hablar de NUTRIGENÉTICA y  NUTRIGENÓMICA, siendo conceptos distintos.

La Nutrigenética es la disciplina que estudia las diferentes respuestas fenotípicas* a la dieta en función del genotipo del paciente.

La Nutrigenómica es la disciplina que investiga los nutrientes concretos que están en relación con las causas de una determinada enfermedad con el fin de poder hacer recomendaciones concretas y poder así disminuir el riesgo de padecerlas.

Fenotipo*: Rasgos observables de un individuo relacionados con un gen determinado.

Ahora que hemos visto cuáles són los beneficios de aplicar la nutrigenética y la nutrigenómica en nuestras vidas para obtener objetivos saludables….¿Cómo lo hacemos? ¿Actualmente qué herramientas existen a nuestro alcance?

Hoy en día hay muchas herramientas para la interpretación del genoma, pero una vez hecho por ejemplo un “test genético”… ¿Quién lo interpreta? ¿Es fiable? ¿y cuanto cuesta esta interpretación?

La mayoría de laboratorios que hacen éstos test genético (y sobretodo los que lo realizan a bajo coste) no llevan a cabo su interpretación a posteriori. De modo que…..¿para que nos sirve realmente entonces? Recibiremos un papel lleno de resultados que nadie nos explicará y probablemente no entendamos…..¿Y entonces qué?

La traducción e interpretación correcta de dichos resultados es muy compleja, y debe además  complementarse con una buena história clínica, história dietética y nutricional, estilo de vida, etc. Y una vez recopilada toda esta información, extraer conclusiones para elaborar el planning nutricional adecuado.

De todos modos hay que tener en cuenta también que hoy por hoy, en la gran mayoría de tests de ADN tan sólo se están contemplando unos 70 polimorfismos, cuendo tenemos miles. Es decir, que aún queda mucho para descubrir y para poder “moldear” cada vez más nuestra dieta personalizada.

Además, hemos de tener en cuenta que el riesgo de sufrir obesidad y otras enfermedades por parte de la genética es de aproximadamente un 20%. El resto reside en nuestros hábitos de vida, en nuestra educación sobre el estilo de vida, la alimentación, hábitos tóxicos, actividad física…..

Así que realmente tenemos mucho que hacer….¡Y nuestros hábitos de vida pueden hacer mucho por nuestra salud!  Está en un 80%….¡en nuestras manos!

Para finalizar, tan sólo quisiera concluir que realmente se están realizando avances importantes sobre los campos de nutrigenética y nutrigenómica, pero aún hoy en día las recomendaciones de cara al cliente final, tanto con un test genético bajo el brazo o sin él, suelen ser prácticamente las mismas. Esto sucede porqué no hemos alcanzado un nivel de estudio de las interacciones gen-dieta tan amplio como para poder basarnos sólo en él.

Actualmente podemos beneficiarnos de los tests genéticos y sus interpretaciones aplicadas a la dieta para PREVENIR, si es que a través de nuestro genoma se determina que tenemos un cierto factor de riesgo a sufrir ciertas enfermedades u obesidad.

 

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